Ernesto Montequin nos presenta y edita este libro exquisito. En su nota preliminar (muy necesaria, por cierto) nos ubica en el contexto histórico y personal de la escritora. Son fragmentos, en poesía, autobiográficos, algunos anecdóticos, otros más descriptivos. Pero siempre como postales de recuerdos infantiles en donde, si bien somos testigos de los recuerdos de la autora, es inevitable realizar comparaciones y traer a la nostalgia los propios.
Los pasajes, preciosos. Cuando uno lee poesía sin estar acostumbrado, a veces viene con el ritmo acelerado que puede tener la prosa. Es cuestión de detenerse en las palabras, deleitar los versos, disfrutar los silencios que dan los puntos y las comas.
Pero mejor que contarles es mostrarles. Aquí van dos fragmentos seleccionados que me encantaron:
"Andá a lavarte la cara, a cambiarte de vestido y de zapatos,
a peinarte como Dios manda,
que hoy vienen visitas."
Cada vez que oía esa frase
para un cumpleaños,
ese "vienen visitas"
la desesperaba.
Conocía los preparativos:
la mantelería, las porcelanas, la platería
que salían a relucir.
Hubiera preferido ser pobre.
Le parecía que las riquezas
labraban prisiones en torno
a quienes las poseían.
"Mamá, quisiera ser pobre",
dijo un día a su madre.
---
Lo que falta en los recuerdos de infancia es la continuidad:
son como tarjetas postales,
sin fecha,
que cambiamos caprichosamente de lugar.
Algo se interrumpe y se corta para siempre.
(¡Gracias, amigo, por este buenísimo obsequio!)
lunes, 30 de abril de 2012
lunes, 23 de abril de 2012
23 de abril, Día del libro
Día del libro es un día de conmemoración con el fin de promover la lectura, los derechos de autor y la protección de la propiedad intelectual.
La UNESCO la declaró en el año 1995, y comenzó a celebrarse a partir del 23 de abril de 1996.
Corresponde al aniversario de las muertes de Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega. Aunque en el caso de Cervantes, fallece el 22 y es enterrado el 23. Y Shakespeare fallece el 23 de abril... del calendario juliano, no del nuestro y finalmente victorioso, gregoriano (correspondiendo en realidad al 3 de mayo de éste último).
En el año 2011 Buenos Aires tuvo el honor de ser capital mundial del libro. Desde la primera fecha de esta celebración, se elige una ciudad. Actualmente es Ereván (Armenia) la ciudad elegida.
En Argentina había sido declarado día del libro el 15 de junio. Ocurre que entre la celebración mundial, y la coincidencia de esta fecha con la feria del libro, el 23 de abril es tomado más frecuentemente que el 15 de junio.
Les dejo algunas frases de libros.
- Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora. (Proverbio Hindú)
- Los libros son los pilares de la libertad de los pueblos.(Domingo F. Sarmiento)
- El recuerdo que deja un libro a veces es más importante que el libro en sí. (Adolfo Bioy Casares)
- Se ha de leer mucho, pero no muchos libros; ésta es una regla excelente. La lectura es como el alimento: el provecho no está en proporción de lo que se come, sino de lo que se digiere. (Jaime Balmes)
- Los libros son para las mentes juveniles lo que el vivificante sol y la refrescadora lluvia primaveral son para las semillas. (Thomas Mann)
- Los malos libros provocan malas costumbres y las malas costumbres provocan buenos libros. (René Descartes)
- Añadir una biblioteca a una casa es dotar a ésta de alma.(Cicerón)
- Los libros tienen los mismo enemigos que el hombre: el fuego, la humedad, los animales, el tiempo y su propio contenido. (Paul Valery)
- De nuestros padres aprendemos a reír y a amar, y a dar los primeros pasos. Pero cuando abrimos un libro, descubrimos que tenemos alas. (Helen Hayes)
- Los libros me enseñaron a pensar y el pensamiento me hizo libre. (Ricardo Corazón de León)
viernes, 20 de abril de 2012
De lector a escritor II
Y, a veces, es sólo escribir por escribir. La mayoría del tiempo pienso la prosa, que sea ligera, que exprese lo que digo de manera ordenada y lo más certera y justa posible (Mark Twain: “la diferencia entre la palabra correcta y la casi correcta es la misma que entre una luciérnaga y un relámpago”). Escribo una o dos oraciones, me detengo, reviso, chequeo, y prosigo con la idea. Y generalmente la idea es madurada y masticada antes, con mucha anticipación y procesándola, pensando todos los detalles y las aristas. Así que el momento de la escritura no es fluido.
Cómo debería ser el proceso de escribir? Leí a Isabel Allende que lo de ella era una pura inspiración, que arrancaba y seguía y seguía hasta que la “musa inspiradora” se acabara. Claro que con una historia con inicio, final y desenlace pensados.
Pero también he leído de escritores que procesan más sus textos, o que una página o unos renglones son tan estudiados y analizados como creo que yo estoy haciendo.
En fin, pareciera que cuando uno es genuino y escribe a medida que las ideas se aparecen en la cabeza, creo que es la única manera de escribir fluido, sin pensar en la frase ni intentar completar todo y no dejar huecos en la prosa; sin revisar exhaustivamente en busca de una prosa “atrapante” y “mágica” que nos transporte al lugar desde el que se escribe. No, no. No sé si se puede contar una gran historia ficcional sin chequear un poco lo escrito. Aunque me gustaría que así fuera.
Uno tiene que estar tranquilo para escribir? Sí, eso creo que sí. Estar sola en casa toda la tarde me ayudó mucho. Y fue en la ducha cuando me empezó a salir música y versos de la cabeza. Momento mágico para mí sin duda. Pocas veces en la vida he sentido esa sensación de sacar arte de adentro mío, sin reglas ni condicionamientos ni directrices ni nada. Sólo con la poesía lo sentí así. Después juego con la rima.
Igual, me gusta más la prosa. Me encanta la prosa. Y, será porque es fluida…
Algún día, una novela saldrá de estas manos y esta cabeza. Lo sé.
Cómo debería ser el proceso de escribir? Leí a Isabel Allende que lo de ella era una pura inspiración, que arrancaba y seguía y seguía hasta que la “musa inspiradora” se acabara. Claro que con una historia con inicio, final y desenlace pensados.
Pero también he leído de escritores que procesan más sus textos, o que una página o unos renglones son tan estudiados y analizados como creo que yo estoy haciendo.
En fin, pareciera que cuando uno es genuino y escribe a medida que las ideas se aparecen en la cabeza, creo que es la única manera de escribir fluido, sin pensar en la frase ni intentar completar todo y no dejar huecos en la prosa; sin revisar exhaustivamente en busca de una prosa “atrapante” y “mágica” que nos transporte al lugar desde el que se escribe. No, no. No sé si se puede contar una gran historia ficcional sin chequear un poco lo escrito. Aunque me gustaría que así fuera.
Uno tiene que estar tranquilo para escribir? Sí, eso creo que sí. Estar sola en casa toda la tarde me ayudó mucho. Y fue en la ducha cuando me empezó a salir música y versos de la cabeza. Momento mágico para mí sin duda. Pocas veces en la vida he sentido esa sensación de sacar arte de adentro mío, sin reglas ni condicionamientos ni directrices ni nada. Sólo con la poesía lo sentí así. Después juego con la rima.
Igual, me gusta más la prosa. Me encanta la prosa. Y, será porque es fluida…
Algún día, una novela saldrá de estas manos y esta cabeza. Lo sé.
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domingo, 1 de abril de 2012
Vamos a calentar el sol
Todos conocen, de José Mauro de Vasconcelos, el libro "Mi planta de naranja lima", un clásico además de exquisito libro.
Pero tiene una continuación. Una parte dos. En "Vamos a calentar el sol" continúan las aventuras de Zezé que habíamos visto comenzar en "Mi planta de naranja lima". Ahora Zezé creció, tiene una nueva realidad, y comenzará a transitar la pubertad. Al igual que el primero, este libro también está plagado de ternura. También de esos pasajes mágicos que implican conversaciones con personajes imaginarios: en el primero, la planta de naranja lima y Zezé conversaban cuando este último estaba triste; ahora vendrá Adán, un sapo, a cuidar de Zezé y transitar con él los cambios más importantes de su crecimiento; al igual que Maurice, un actor que le dará, imaginariamente, el cariño de padre que él tanto necesita y desea.
Hay un par de costumbres y rituales del pasaje a la etapa adulta que me llamaron la atención por haber quedado bastante fuera de vigencia: comenzar a fumar y la operación de extracción de amígdalas como paso obligatorio para la adultez forman parte del recuerdo de gente que vivió esa época.
Hay pasajes memoriosos en donde pude sonreír tanto por las travesuras de Zezé... que a medida que va creciendo sus aventuras se complejizan y sus picardías se perfeccionan. Uno se siente identificado con las congojas y penas por las que Zezé (que no es otro que José Mauro de Vasconcelos) va sintiendo en su proceso de llegar a la etapa adulta. O adolescente.
Les comento que el libro es autobiográfico, y es el segundo de cuatro libros que van contando la historia de vida de su autor.
Un libro exquisito. Y muy pero muy tierno.
Pero tiene una continuación. Una parte dos. En "Vamos a calentar el sol" continúan las aventuras de Zezé que habíamos visto comenzar en "Mi planta de naranja lima". Ahora Zezé creció, tiene una nueva realidad, y comenzará a transitar la pubertad. Al igual que el primero, este libro también está plagado de ternura. También de esos pasajes mágicos que implican conversaciones con personajes imaginarios: en el primero, la planta de naranja lima y Zezé conversaban cuando este último estaba triste; ahora vendrá Adán, un sapo, a cuidar de Zezé y transitar con él los cambios más importantes de su crecimiento; al igual que Maurice, un actor que le dará, imaginariamente, el cariño de padre que él tanto necesita y desea.
Hay un par de costumbres y rituales del pasaje a la etapa adulta que me llamaron la atención por haber quedado bastante fuera de vigencia: comenzar a fumar y la operación de extracción de amígdalas como paso obligatorio para la adultez forman parte del recuerdo de gente que vivió esa época.
Hay pasajes memoriosos en donde pude sonreír tanto por las travesuras de Zezé... que a medida que va creciendo sus aventuras se complejizan y sus picardías se perfeccionan. Uno se siente identificado con las congojas y penas por las que Zezé (que no es otro que José Mauro de Vasconcelos) va sintiendo en su proceso de llegar a la etapa adulta. O adolescente.
Les comento que el libro es autobiográfico, y es el segundo de cuatro libros que van contando la historia de vida de su autor.
Un libro exquisito. Y muy pero muy tierno.
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